Cáritas Diocesana desarrolla un programa de empleo para personas en riesgo de exclusión social, formándolas en la agricultura y asesorándolas para crear su propia empresa en este sector. Basado en la agricultura ecológica, este programa se creó hace cuatro años y se denomina Buscándome las habichuelas, pues nace para potenciar la inserción social de las personas en situación de vulnerabilidad. Desde entonces, 18 alumnos de los 31 que han participado en este proyecto han conseguido en este objetivo. La finca donde se desarrolla la última edición de este proyecto se encuentra en la zona de Santo Domingo, en el municipio de La Guancha. En apenas seis meses, los ocho alumnos que forman parte de ese proyecto han convertido un terreno abandonado en una parcela fértil y repleta de cultivos que alcanza los 7.000 metros cuadrados. Se trata de un proyecto que fomenta la agricultura ecológica, la recuperación de espacios agrícolas abandonados, así como la formación y la reinserción laboral de las personas en riesgo de exclusión social, que de este modo se convierten en verdaderos emprendedores, con la finalidad de que puedan crear su propio medio de vida.
Toñi González, vecina de Icod de los vinos, participó en la tercera edición del programa. Según sus propias palabras, se presentó en el campo "sin tener ni idea". Cuenta que se quedó en paro y pensó que tenía posibilidades de aprovechar unos terrenos familiares para la agricultura, pues disponía de una finca, buen clima y agua. Tras el paso por este proyecto de Cáritas, González se lanzó a la aventura de hacerse emprendedora y ahora vende sus habichuelas, calabacines, bubangos o puerros a través de las redes sociales. "Si yo lo he hecho, otros también podrán", concluye la icodense. La coordinadora del departamento de acción social de Cáritas, Úrsula Peñate, explica que con este perfil de beneficiarios se ha decidido ampliar el apoyo y el asesoramiento durante tres años más. A través de la creación de una empresa de inserción podemos contratarlos, que cobren un sueldo y adquieran la capacidad de gestión necesaria durante esos años para dar el paso a la emprendeduría. Durante el proceso de aprendizaje, los alumnos adquieren conocimientos sobre los cultivos y desarrollan sus capacidades personales, aumentando la autoestima y consiguiendo el objetivo del proyecto, que no es otro que la inserción laboral. En este sentido, Úrsula Peñate apunta que en estos grupos hay gente que va de los 22 a los 55 años.
Desde nuestra iniciativa empresarial, queremos felicitar a Cáritas Diocesana por este proyecto ejemplar, que contribuye a la inserción laboral, a la creación de empleo y a la recuperación del campo canario.
-Buscarse las habichuelas en el campo. Artículo publicado en el periódico La Opinión de Tenerife, con fecha 11 de julio de 2016:
-Proyecto "Buscándome las habichuelas" en Facebook:
-Página del proyecto en la web de Cáritas Diocesana:
Primer encuentro de Consumidores y Amigos del Proyecto "Buscándome las Habichuelas".
-Breve resumen del origen y desarrollo del proyecto:
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